lunes, 20 de octubre de 2014

Leyenda de la ciudad de Madrid: "La casa del Duende"

Esta casa estaba ubicada en la esquina de las calles de Conde Duque y del Duque de Liria. Dice la leyenda que esta casa en el mes de junio del año mil setecientos, la cual era propiedad de la Marquesa de Hornazas, ocupaba el piso principal de la misma. en la planta más baja había una taberna muy frecuentada. una de las noches, la taberna tenía gran bullicio, y fue en esa noche que ante el ruido, apareció de repente un enano barbudo que les impuso silencio, y amenazándoles que no volviese a ocurrir ese alboroto. después de eso, se produjo un gran silencio ante el estupefacto de los presentes. Tras esa noche, parecía que la cantina iba a volver a la tranquilidad, pero no... los alborotadores, provistos con palos, volvieron a producir mucho ruido, volviendo el escándalo. A raíz de las 12 de la noche, llegaron 6 enanos con garrotes y se peleaban con el primero que pasaba delante.Por lo que se cerró la taberna por escasez de clientela. Pero continua la leyenda... Por ese tiempo, la marquesa ordenó a uno de sus sirvientes que comprase unas cortinas para la decoración del salón, cuando en ese momento aparecieron tres enanos con unas preciosas cortinas para ella. tras ello, la señora marquesa tuvo que abandonar el edificio. Aún hay más... el edificio como se ha contado tenía el piso principal que es dónde vivía la marquesa, pero había otro piso, que lo alquiló un canónigo llamado don Melchor de Avellaneda. Se dice que estaba este señor escribiendo, cuando súbitamente apareció un enano vestido de monaguillo y con un libro que el canónigo solicitaba en su carta. Tal fue la sorpresa de este personaje que salió escopetado de Madrid. Un último suceso hay de esta historia, se cuenta que hubo otro nuevo inquilino, una lavandera que vivía en la buhardilla del edificio, Jerónima Perrín. Iba todas las mañanas al río Manzanares a hacer la colada, pero un buen día comenzó a llover por la tarde y así estuvo toda la noche. Esta señora madrugó mucho al día siguiente para recoger la ropa que había dejado en el río, pero al llegar al portal se encontró con tres enanos que ya habían recogido su ropa. con esta serie de sucesos, la Justicia y la Inquisición tomaron parte en esta serie de acontecimientos. Se tomaron testimonio de estos individuos, se buscó a los enanos por toda la villa, se registraron todas las estancias, pero fue en vano, no hubo indicios de que eso fuese verdad. Muchos años más tarde, cuando fue destruido el edificio, aparecieron en el sótano, del que no se sabía nada, nueve cadáveres de corta estatura, y que lo más curioso es que se dedicaban a falsificar monedas. Muchos años después, cuando fue demolido el inmueble para construir el actual, aparecieron en un sótano del que no se tenía constancia, nueve individuos demacrados: eran de muy corta estatura y se dedicaban a la falsificación de moneda.
¿Qué os ha parecido esta intrigante leyenda?

No hay comentarios.:

Publicar un comentario